La navegación durante travesía nocturnas
El día se presenta totalmente soleado. Amurados a babor, navegando relajadamente a unos buenos siete nudos con un viento de través, avistamos a escasos doscientos metros unas velas blancas dibujando una perfecta enfilación con uno de nuestros candeleros de la banda de estribor. La tripulación segura de sí misma, sigue a lo suyo, disfrutando de la navegación y prestando poca atención al nuevo actor que irrumpe en el extenso gran azul.
Esta escena, que se nos ofrece en multitud de ocasiones durante cualquier navegación, cambia drásticamente durante una navegación nocturna. No podemos dejar de reconocer que nuestra atención aumenta si se trata de navegar por la noche. Esas velas que veíamos por nuestra banda de estribor se verían sustituidas por una inquietante luz roja. Nuestro coeficiente de confianza se reduce, a pesar de contar con la última tecnología en navegación electrónica a bordo. Un simple incidente durante el día, corre el riesgo de convertirse en un accidente por la noche. La navegación nocturna tiene sus propias normas que conviene conocer bien.
Si nos gusta navegar a vela, estamos casi condenados, en el buen sentido del término, a navegar de noche. Una singladura de 100 millas pasa irremediablemente por pasar una noche navegando. Si conseguimos dominar las técnicas de la navegación nocturna, conseguiremos disfrutar de uno de los mayores placeres que nos ofrece el mar. Por otro lado, también encontraremos factores positivos, tales como una mejor identificación de los faros, el placer que supone navegar con un cielo plagado de estrellas o con el reflejo de la luz de luna, o incluso la sensación que produce navegar sin ver el oleaje que golpea nuestro casco. Tengo un buen amigo que siempre dice que prefiere acometer un temporal de noche que durante el día precisamente por este motivo. A veces se cumple aquello de que la inconsciencia hace la felicidad…
Otra variable que determina muchas veces el hecho de navegar de noche es que es preferible llegar de día a nuestro destino máxime si no conocemos bien el puerto, o simplemente porque se trata de un fondeo que puede estar ocupado por más barcos, por lo que nuestra maniobra de fondeo resultará más complicada.
Para poder disfrutar de todo ello deberemos preparar convenientemente el barco, la tripulación, la organización de guardias, las normas de seguridad y las técnicas especiales de navegación y maniobra.
Algunos consejos para la vista
- Para identificar un objeto determinado, es mejor no mirarlo directamente, sino pasear la vista observándolo con una separación de unos grados.
- Debemos dudar continuamente de los colores que percibimos. Hay que evitar las luces blancas y utilizar preferentemente luces rojas, que no destruyen la púrpura retinóica, para iluminar la mesa de cartas, el compás y los instrumentos de navegación.
- El tripulante de guardia debe ser relevado por otro que se haya adaptado a la oscuridad por lo menos durante un cuarto de hora. Para que el periodo de adaptación sea el mínimo posible, puede resultar adecuado crear en el interior del barco una iluminación «indirecta», por ejemplo, tapando los focos de luz con papel de aluminio. La vista pronto se acostumbre a esta luz suave, que además crea una atmósfera propicia para el descanso de unos y la actividad de otros.
- Hay que comer zanahorias y arándanos. Si se estiban bien, estarán siempre estupendos y su contenido en vitamina A resulta excelente…
Normas de prudencia
- Sea cual sea el tiempo que haga, no debemos salir nunca a cubierta sin estar equipados, es decir con ropa de abrigo, con el chaleco salvavidas, el arnés puesto y con la linterna (preferiblemente frontal para tener las manos libres). Recordar no iluminar directamente a nuestro compañero de guardia con ese frontal o linterna para evitar cegarlo.
- Desde el momento que ocupamos nuestro puesto, sea timón, o vigilancia, debemos enganchar siempre el mosquetón del arnés a la linea de vida.
- No debemos enganchar nunca el mosquetón a los obenques, argollas, ni al arco protector del compás o a cualquier otro lugar que no sea el adecuado.
- Debemos evitar quedarnos solos en cubierta.
- Es preferible hacer las guardias con un mínimo de dos personas.
- Prudencia absoluta siempre, pero especialmente por la noche con la posibilidad de que se produzca un caída de Hombre al Agua. Al movernos fuera de la bañera iremos siempre con la linea de vida y con una mano sujetos a un pasamanos.
- Tengo la costumbre, especialmente cuando se trata de tripulantes poco expertos o alumnos, que no salgan del entorno seguro de la bañera bajo ningún concepto
Puntos de referencia y publicaciones
- Libro de Faros
- Las luces de los barcos
- Reconocimiento del cielo y sus estrellas
- Electrónica (Radar, Plotter-GPS, AIS)
El equipamiento
- La iluminación interior, para mesa de cartas, bitácora, cocina, etc.
- Iluminación exterior de cubierta
- Luces de navegación del barco y muy recomendable llevar siempre un kit de luces de emergencia.
Esperamos que estos breves consejos te sean de utilidad, y te animamos a disfrutar de los placeres de la navegación nocturna en tus próximas singladuras. Y si quieres coger más práctica, tenemos a tu disposición travesías en velero durante todo el año, y desde nivel inicial a oceánico. Estaremos encantados de tenerte a bordo, ¡hasta pronto!