Paseo por el Village de la Volvo Ocean Race 2017
Emocionante, bien organizado y didáctico este Village que convoca una vez más la Regata oceánica más importante del mundo: la Volvo Ocean Race
Este año la afluencia de gente, a falta de revisar las cifras oficiales, se nos antoja mucho más multitudinaria que anteriores ediciones. No es casualidad que ya sea la cuarta vez que Alicante se convierte en la sede oficial para la salida de este magno evento náutico.
Es una gozada contemplar cómo las tripulaciones con su últimos preparativos se mezclan con el público que pasea por el Village, como las tripulaciones en tierra estiban los trajes de agua en los flamantes IMOCA 65, o los utilleros chequean la electrónica a bordo. esto son cosas que puedes ver paseando por este Village. Si a esto le sumas el fantástico clima de Alicante, y la amabilidad de sus gentes, el cocktel es perfecto.
Volvimos a visitar el Museo de la Volvo Ocean Race, y en esta edición se ha añadido justo en el tramo final de la visita, una gran cristalera totalmente transparente desde la que se puede observar con todo lujo de detalles, los equipos de técnicos trabajando en la zona de control de seguimiento de la Regata. A uno le parece estar en la NASA, desde Cabo Cañaveral compartiendo pantallas gigantes monitorizando la flota, observando las previsiones meteorológicas y previendo cualquier incidente o escenario que pueda producirse a bordo, a pesar de que llegarán a estar a miles de millas de distancia.
Imposible aburrirse estos días en el Village a la espera de la salida el domingo 22 de octubre. Conciertos, animaciones, talleres, entretenimiento, un túnel del viento, visitar el Brasil 1, un velero IMOCA por dentro, o bautismos de vela, son sólo algunas de las cosas que uno puede hacer estos días.
¡La salida de esta 13ª Edición no pudo ser más emocionante!
Quizás una de las más disputadas de todas las anteriores.
Este año, a pesar de las numerosas invitaciones que el equipo de Nautic Ocean recibió para vivir la salida desde el mar, y que agradecemos enormemente, quisimos vivirla de manera distinta, desde el muelle de levante, en tierra, junto a cientos de personas. Ya habíamos participado en la salida de la anterior edición de 2014, (podéis leer toda la experiencia en nuestro artículo dedicado a la volvo ocean race ), y nos habían advertido que las emociones desde tierra no eran menores.
Con prismáticos en mano nos apresuramos para tomar nuestra particular «pole position». El día tenía todos los ingredientes que se podían esperar: sol, temperatura en torno a los 23 grados, y un viento constante de unos 20 nudos de levante que hizo vibrar al nutrido púbico que allí se congregaba con cientos de barcos flotando en las inmediaciones que también presenciaron atónitos como los impresionantes veleros oceánicos se les echaban prácticamente encima haciendo bordos junto a ellos. Se peleó por cada metro del campo de regatas, y nadie diría presenciando la salida, que a estos navegantes les esperaban 45.000 millas por delante en total y unas 1.450 millas a Lisboa, final de esta primera etapa.
La parte más emocionante fue cuando el Dongfeng se aproximó a la última boya del triángulo con gritos de su proa advirtiendo de un seguro rumbo de colisión con Mapfre y Team Brunel, quienes finalmente tuvieron que separarse y fueron penalizados por los jueces por no respetar la distancia mínima llegando a la boya.
Ahora, después de las emocionantes horas vividas, nos queda la competición, el seguimiento del día a día de las 7 tripulaciones que durante 9 meses en 7 etapas van a dar la vuelta al mundo por los lugares más peligrosos y recónditos del planeta.
¡Aún quedan aventuras que vale la pena vivir!
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