Relato del cruce atlántico de nuestra bióloga marina: Yaiza
Me llamo Yaiza Santana, soy bióloga marina, buceadora y empezando a ser navegante. La línea que une todo esto y que es básicamente la línea de mi vida, es la pasión por el mar y los océanos. Desde pequeña he tenido claro esto y he hecho todo lo que he podido para acercarme cada vez más a esta masa de agua salada que me aporta y fascina tanto.
Empecé a navegar hace unos años, con el barco de la organización Ecologistas en Acción, en la que colaboro hace ya unos cuantos años. Con ellos empecé a ver que se podía unir biología, investigación, educación, ecologismo y navegación. Una manera de vivir y conocer el mar que me parece fascinante. Navegar, investigar, luchar por la conservación de los mares y dar a conocer.
Me he embarcado en varias campañas con la “Diosa Maat”, haciendo trabajos de investigación y de navegación. Hemos hecho también travesías largas y poco a poco he ido aprendiendo de ambas disciplinas.
Después de embarcar en varias campañas, empecé a obtener alguna titulación náutica: formación básica, PER, marinera pescadora, etc. Y empecé a navegar todo lo que pude.
He estado colaborando en campañas de muestreo oceanográfico con el barco del CEAB (Centro de Estudios Avanzados de Blanes, perteneciente al CSIC) haciendo tareas de marinera y bióloga. Después, decidí irme a viajar por la Patagonia, un lugar increíble: Ushuaia que me sumió en un estado de enamoramiento total del lugar y del mar.
Navegar por el canal de Beagle, llegar a la Antártida, y los fiordos de la Patagonia de Chile son también un sueño. Durante los meses que estuve viajando y que anduve por una zona más alejada del mar, me di cuenta de lo necesario que se me hacia el mar y las ganas que tenía de navegar y estar en contacto con él. Así que al regreso de mi viaje por tierras argentinas y chilenas empecé a tantear la idea de cruzar el Atlántico a vela.
Hubo muchos motivos por los que pensé en hacer esta travesía, por una parte porque quería volver a Latinoamérica, y como no tenía mucho presupuesto cruzar en barco era la manera más barata de hacerlo, por otro lado, me fui dando cuenta que en realidad era una forma de acercarme a lo que yo quería, que era aprender más a navegar e ir haciendo más real mi objetivo y sueño: vivir la biología e investigación a bordo de un barco, conocer más los mares e intentar luchar por su conservación, y llevar a puerto lo visto e investigado y darlo a conocer a la población. Y ahí empezó mi búsqueda de proyecto y barcos para cruzar el Atlántico.
Primero empecé preguntando y contactando a amigos y conocidos relacionados con la navegación y el mar, después contactando con organizaciones. Al comprobar que no surgía nada, empecé a buscar con todos los recursos disponibles, entre ellos Google, y de esa búsqueda salió mi contacto con Nautic Ocean y con Xavier. Él me hablo del Sterna y de Albert Bargues, el patrón y alma del proyecto. Y empecé mi campaña para intentar cruzar con ellos. Xavier me apadrinó y me guió mucho en los pasos a dar, así como en contactarme con gente y proyectos. Estoy agradecidísima por su ayuda, también a Pilar. Sin ellos no sé si hubiera llegado a esto. Muchas gracias de corazón.
En fin, después de unos meses de seguir el proyecto del Sterna y molestar mucho, Albert me dijo que quería que cruzara con ellos, bajo el pacto de que yo trabajara y me hiciera cargo de las tareas de cocina y limpieza del barco durante la travesía a cambio de cruzar y aprender a navegar.
Salimos el 30 de noviembre de Gran Canaria dirección a Antigua, quince personas a bordo, cinco de tripulación: Albert, el dueño del barco, Pere el capitán, Eva la primer oficial, Francesc el mecánico y yo. Mas diez pasajeros llenos de ilusión y emoción por el cruce.
!!La travesía fué increíble!!
Una experiencia inolvidable, indescriptible, creo que nunca podría explicar al 100% lo que fue la travesía. PURA INTENSIDAD, ENERGIA, APRENDIZAJE, EMOCIÓN, CANSANCIO, CONVIVENCIA, AVENTURA, INTROSPECCIÓN, ADRENALINA, NATURALEZA, MAR EN SU PLENO ESPLENDOR, cielos emocionantes, estrellas incontables, vientos de todo tipo y azules de todas las gamas.
No sé que mas puedo decir, es muy difícil contarlo de forma resumida y poder plasmarlo, lo que sí puedo decir es que he aprendido muchísimo y estoy muy contenta de la experiencia y de la decisión de hacer esto.
Navegar no es solo la propia navegación del barco con el viento y el mar, no es solo la ruta y el saber maniobrar, navegar es sinónimo de convivencia, de trabajo, de energía, de humanidad, de introspección, de aprendizaje y autoconocimiento y de poner lo mejor de uno.
Dieciocho días en mitad del Atlántico que han sido de las mejores cosas que me han pasado y he hecho nunca. Agradezco a la vida por haberme guiado hacia esto, también a Xavier y Pilar por apadrinarme , guiarme y apoyarme, a Albert por creer en mí y darme la oportunidad, a Eva, Pere y Francesc por enseñarme tanto y a todos los pasajeros que hicieron de esta aventura de convivencia algo tan bonito. También quiero agradecer a todas las demás personas que son parte de mí y me han apoyado, familia, amigos y conocidos. MUCHAS GRACIAS.
¡Ahí seguimos luchando por lo sueños y confiando que cuando le pones energía las cosas salen! No lo dudéis lanzaros a luchar por lo que realmente deseáis. Os dejo unos versos de Neruda:
EL MAR
NECESITO del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navíos.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
Pablo Neruda.
Gracias por todo y siento el retraso en contar la experiencia, he necesitado un tiempo de llegada, de descanso y de asentamiento de lo vivido.
Buenos vientos y pura vida a todas y todos.
!Nos vemos en la mar!
Yaiza
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